martes, 1 de septiembre de 2015

Crónica mugetatik.

Esta, como es en casa, resulta muy cómoda dado que no implica desplazamientos y todo resulta muy familiar. Así, pude levantarme y desayunar con tiempo, coger el dorsal sin problemas, pasar por el baño tranquilamente… En fin, que estaba en la salida en perfecto estado de revista. Además, tuve tiempo para ver la salida de los andalaris. 

Como ya anticipaban las previsiones, en esta edición tuvimos un protagonista de excepción que iba a marcar el devenir de la carrera, al menos a mí: el calor. Desde las 8 de la mañana ya hacía bastante calor y a las 10 yo creo que ya andábamos por los 30 grados. Normalmente la salida me la tomo con calma, y este año todavía más, porque ya sé que estas temperaturas no me sientan nada bien. 

En la salida los compañeros de entrenamientos se fueron enseguida, como ya esperaba, porque están andando muy bien. Por supuesto, a Alex y a Isaac ni les vi y a Rafa, Etor y Lander un poco al principio, pero muy al principio. Olano se lo toma con más calma que yo. A Corcu también le perdí de vista pronto pero en la subida a Gaztelumendi le volví a coger y fui hasta el avituallamiento de la casa Torre con él.

En la casa Torre ya noté que no iba y que la subida al Ganguren se iba a hacer durísima. Así fue, ya en la parte final me tuve que parar 2 veces porque no podía, la segunda de las paradas con mareo incluido. Poco a poco conseguí llegar al avituallamiento donde comí y bebí algo. Esto me dio un poco de aire pero la verdad es que iba muy mal, cada vez que había un repecho lo hacía andando y, en la bajada a Lezama, me dejé llevar pero hasta eso me costó un horror.

Por fin, llegué a meta en 2h:50’, casi 30’ más que el año pasado. De nuevo, tomé líquido y algo de fruta, poco a poco me fui recuperando pero sí que notaba un cansancio terrible. En el Vivero Unai ya me había dicho que Isaac había hecho 4º y abajo me dicen que en 2h:01’. Sin comentarios, una máquina. Los demás también muy bien, buenos tiempos para el día que había salido. Al parecer, Olano y yo fuimos los que más sufrimos el calor.

Al de poco de llegar, aparecieron los de la txiki. Leire e Irati entraron con un sofoco de aúpa. Leire, además, con dolor en los pies porque las zapatillas le han hecho daño. Todos habían pasado mucho calor pero Ana me dijo que sin problemas, que se habían arreglado bien.

Después de la entrega de premios, fuimos al Grisson a tomar una cerveza y de nuevo me dio un mareo bastante serio. En éste lo pasé realmente mal, poco a poco, con ayuda de Ana y Etor, conseguí levantarme e ir a casa. Me tumbé un poquito, me di una ducha y ya mejor. Comí algo y, después de la siesta, me vi recuperado y nos fuimos a la piscina a pasar la tarde. 

Después del susto del mareo, esta semana habrá que tomársela con tranquilidad. Espero seguir con los entrenamientos para hacer la Sorginen, eso sí, con calma y midiendo los esfuerzos.

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