Crónica Bilbao-Bilbao

Días liados en el trabajo que no dejan tiempo para nada. Además, empiezan a aparecer en el horizonte las vacaciones de Semana Santa y surgen cosillas a resolver. Así que todavía no he puesto nada de la Bilbao-Bilbao.

No me apunté porque, dada la previsión, no daba un duro porque ese día se puediera salir. Pero, a eso de las 7, abro un ojo y me parece ver bastante claridad por la ventana. Así que me asomo y compruebo que el día tiene muy buena pinta. Nada, nada… desayuno algo, me cambio y para Derio a toda pastilla.

Efectivamente, a las 8:00 ahí estaba la tropa lista para el combate. Todos de acuerdo en que el tiempo aguantará por lo menos para hacer la primera mitad. No juntamos a la martxa en Lutxana y, sin prisa pero sin pausa, vamos hacia Plentzia. Como siempre en Andrakas empiezan las prisas y, cuando me quiero dar cuenta, Fernan, Aitor y Sergio ya se han ido. Veo que Javi tira con ganas y le doy un relevo pero enseguida me doy cuenta que no tiene sentido obscecarse en pillarlos.

Nos agrupamos el resto y vamos a buen ritmo hasta Zamudio, paso del avituallamiento y voy, con Iker, directamente a la marquesina donde solemos quedar. Para sorpresa de los escapados, llegamos los primeros a la marquesina.

Antes de salir, ya vemos que hacia Mungia, el cielo se está cerrando y algunos se dan la vuelta en Derio. Yo sigo, pero en Zabalondo me doy también la vuelta con Fernan y Sergio. De nuevo, en el valle, el cielo tiene mejor pinta y decidimos ir hasta Larrabetzu, subimos Morga y en el alto nos volvemos a juntar con Aitor y los que habían pasado a Mungia.

Bajando hacia Larrabetzu, Aitor me dice que se van hacia Bilbao, yo ya tenía decidido antes de salir que de Larrabetzu no pasaba. Así que me despido y para casa, seco sequísimo, con 107 km y muy contento por haber disfrutado de un día que daba por perdido. No considero el objetivo de la Bilbao-Bilbao como cumplido, pero he podido hacer casi toda la martxa y, lo más importante, me ha servido de motivación para llegar más o menos en forma a la primavera.

Ahora no tengo nada en el horizonte, voy a ver que hacemos en Semana Santa y a la vuelta igual me busco algún objetivillo sin grandes pretensiones.