Retomo el blog para
hacer una breve crónica de la Gasteiz Gran Fondo que la puse como
motivación a principios de año. Finalmente, me apunté y, junto con
Jon, Aitor A., Aitor I., Fernan y Patxi, la hice. Antes de nada,
destacar el magnífico grupo, no por lo máquinas que son, que lo
son, sino porque son unos compañeros de diez.
Empecemos con lo que
fue la martxa en sí. Como es de imaginar, nos organizamos en 2
coches: el nuestro, con Jon, Aitor A. y yo, salía de Lezama a las
6:15; el otro salía de Derio a las 6 con el resto del grupo.
Llegamos a Gasteiz sin problemas para coger el dorsal y prepararnos
para la salida. Yo me fui al último cajón y el resto, dado que
participaron el año pasado e hicieron muy buenos tiempos, al
primero.
La salida estuvo muy
bien organizada y fue rápida en cuanto a que no tuvimos que esperar
mucho para salir. Yo estaba al final del último cajón y me llevó
como unos 7’ salir. Creo que en 10’ más o menos estaba todo el
mundo circulado y eramos como unos 2.300 o así. Además, enseguida
teníamos el puerto de Vitoria y seguido el de Rivas, por tanto, en
donde estaba yo fuimos con relativa calma.
Después tuvimos un
tramo más o menos llano hacia Herrera con mucho viento en contra.
Tuve suerte de meterme en un grupo bastante grande que me quitó
buena parte del viento en contra. La verdad es que soplaba con fuerza
y casi agradecimos doblar la curva que nos llevaba a Herrera.
Efectivamente, el puerto es duro, rampas largas de más del 10% de
desnivel. Pero, como estábamos, frescos se pasó relativamente bien.
La bajada no era peligrosa pero sí muy rápida y había que ir con
cuidado.
El caso es que desde
Herrera se llega enseguida a Bernedo donde hay un magnífico
avituallamiento. Como iba solo, con nadie conocido, hice una parada
rápida y enseguida encaré el puerto de Bernedo. Este es menos duro
que el de Herrera, pero a mí me costó pasarlo. No iba mal pero
empezaba a notar los kilómetros.
Bajando el puerto de
Bernedo está el avituallamiento de Piérola que decidí saltármelo
aunque tenía curiosidad por ver la bodega. La verdad es que no sé
si me equivoqué porque después de ese avituallamiento venía el
puerto de Aldea que se me hizo eterno. Cuando llegué arriba ya me dí
cuenta que no me quedaba gasolina. En la misma bajada no pude seguir
a la gente de los grupos con los que había andado.
En fin, quedaban
unos 50 km y fueron un poco agónicos. No pude engancharme en ningún
grupo y eso que el viento era favorable, menos mal. Paré en los
siguientes avituallamientos para reponer algo de fuerza y poder
seguir, pero la verdad es que se me hizo larguísimo. Al final del
último puerto me cogió un grupo en el que pude mantenerme sufriendo
mucho. Al final llegué con ellos a meta, pero la verdad es que acabé
roto.
En meta estaban los
demás que me ayudaron con la bolsa. Pude ducharme y poco a poco fui
recuperándome. La zona de llegada estaba muy bien, y las duchas, lo
que es de agradecer. Comimos una rica ensalada de pasta. Había de
todo, pero yo me quedé a gusto con la ensalada.
Ya recuperado
enfilamos a casa con una parada en Altube para tomar un café. A
pesar de que sufrí, la martxa está muy bien y es como para repetir.
Eso sí, a ser posible mejor preparado. A mi me salieron 7h:37’,
nada que ver con los tiempos del resto del grupo. Todos bajaron de
las 6h y media. Unas máquinas y unos grandes compañeros.
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